CAAL 2011 Frutillar
Neuntes Treffen der deutschsprachigen Gemeinschaften
Lateinamerikas
Noveno encuentro de las comunidades de habla alemana
de América Latina
Hans-Ruedi Schenkel:
Suizos en la «Suiza Chilena»
El ponente, hijo de padres inmigrantes de Suiza, ya nació en Osorno. Ruedi
Schenkel es agricultor y miembro del Club Suizo de Osorno. Por muchos años fue
regidor en Río Negro y alcalde de Purranque.
El siguiente texto es elaborado por los coordinadores del encuentra como
resumen con informaciones relacionadas al téma de la ponencia original en idioma
alemán.
La inmigración suiza
La inmigración suiza en Chile tuvo lugar
principalmente a fines del siglo
XIX, entre
1883 y
1900, sobre todo a la zona de la
Araucanía, particularmente
en Victoria y
Traiguén. Se estima que más
de 8000 suizos recibieron concesiones de tierras, donde muchos iniciaron una
vida más próspera de la que llevaban en Suiza. Sin embargo, debido a sus
características idiomáticas y culturales, este grupo es confundido comúnmente
con alemanes,
franceses e
italianos.
A mediados del
siglo XIX, la crisis económica en que se encontraba Europa, movilizó a los
sectores más empobrecidos de la sociedad suiza a emigrar principalmente a
Australia,
América del Norte y
Sudamérica. Al
tratarse de inmigraciones económicas, el estado asumió un papel regulador
otorgando o denegando las solicitudes para abandonar el país. El interés
migratorio hacia Chile, se inicia en forma oficial en el año
1853, fecha en que se conocen en
Berna, capital de Suiza, los
primeros informes diplomáticos acerca de la
experiencia
alemana en el sur chileno.
A través de informes oficiales del consulado
suizo de Valparaíso se
describía a la población del país como gente amable y acogedora pero poco
laboriosa, el clima como uno de los mejores de Sudamérica, pero propenso a
sufrir los embates de la naturaleza. La relativa inestabilidad, la ausencia de
industrialización y la escasez de profesionales y obreros calificados eran los
aspectos negativos de los informes que desaconsejaban la eventual venida de
profesionales suizos. Pero la fertilidad de la tierra, como asimismo los
elevados salarios y el valor del peso chileno (un peso en esa época valía 5
Francos Suizos) eran presentados como los mejores alicientes para emigrar a
Chile. Los informes consulares de 1854 y 1856 confirman esta situación,
destacando en particular los esfuerzos del gobierno chileno por colonizar el
sur de Chile, específicamente
la Araucanía.
Sólo en 1881 el Consejo Federal
de Suiza autorizó a las agencias de inmigración operar en
Suiza para reclutar
emigrantes. El Consejo Federal después de años de examinar las ventajas y
desventajas que traería autorizar la salida de emigrantes, plantea como premisa
la condición de que las autoridades chilenas se empeñen en pacificar la
Araucanía. El primer contingente de inmigrantes suizos partió en noviembre de
1883. El primer grupo fue
compuesto por 1311 familias que llegaron a Chile el
19 de diciembre de
1883. Entre 1883 y 1886 se
embarcaron hacia el territorio de la Araucanía otras 12.602 personas. Las
operaciones continuaron desarrollándose hasta
1890, año en que se registran
22.708 suizos repartidos en las 31 colonias fundadas en pleno corazón de la
Araucanía.
Anteriormente ya habían llegado al país otras familias suizas, pero
de modo espontáneo a colonizar el extremo sur del país. Entre abril de 1876 y
mayo de 1877 llegó al sector de
Magallanes (Punta
Arenas y Agua Fresca) un contingente de inmigrantes suizos compuesto por 119
familias, en su gran mayoría campesinos provenientes del cantón de
Friburgo. Estos agricultores
recibieron del gobierno chileno algunas hectáreas de terrenos despoblados que
procedieron a desmalezar y transformar – tras años de laboriosa constancia – en
campos aptos para la siembra de forrajeras y hortalizas y para la crianza de
ganado lechero.
Los suizos de la así llamada Suiza Chilena – de hecho todos
de lengua suizo-alemana – llegaron individualmente a esta zona. La colonia,
como se la presenta hoy, creció más bien de manera esporádica y paulatina.
Eduardo Surber fue el primer inmigrante suizo que llegó con su familia a la
zona; se radicaron en Osorno en 1887. Ya que la señora se enfermó grave, Eduardo
Surber regresó con ella a Suiza. Después de la muerte de su señora, volvió a
Osorno. En 1894 contrajo segundo matrimonio con una alemana de la ciudad. Emilio
Surber es descendiente y vive como agricultor en la cercanía de Osorno.
El
segundo suizo que llegó a la zona, fue en el año 1901 Ricardo Roth que se radicó
en Peulla, quedando maravillado de la zona, porque como hijo de suizos, nacido
en Buenos Aires, pero educado en Suiza, pensó de inmediato que se podía traer
turistas. En 1907 trajo los primeros 7 turistas de Buenos Aires a Bariloche y
Chile. Desde 1913 su empresa Andina del Sud se dedicó, también, al transporte de
carga en tránsito entre Bariloche y Puerto Montt. Además fue el primero en
instaurar los parques nacionales en Chile al proponer en esa época al Gobierno
la creación del Parque Nacional Vicente Pérez Rosales. Hoy, la familia Roth
dirige una corporación que agrupa a 8 empresas que operan en todo el país,
especialmente en el rubro turístico, incluido el ecoturismo.
Walter Koch,
oriundo de St. Gallen en Suiza, también se enamoró del lago Todos los Santos y
compró en 1914 el Fundo Puntiagudo, situado en la orilla norte del lago, donde a
partir de 1920 empezó con la producción de queso Edam. Llegó a principios de los
años 1940 Ernesto Stucki, quien trabajó en la hacienda; se emparentó con la
familia Koch. En 2004 la granja dejó de producir el queso debido a las economías
de escala y al alto impacto de los gastos de transporte en el lago.
En 1921 se
radicó en Puella el suizo Franz Schirmer, nacido en Eschens en el cantón de
Turgau. La familia, hace tiempo que se emparentó con los Roth, es dueño de los
Hoteles Puella y Petrohué.
Walterio Meyer, ingeniero civil y topógrafo,
llegó desde Suiza en 1907 y estuvo a cargo del trazado y la construcción de la
línea ferroviaria en Copiapó hasta 1909. Volvió en 1911 a Chile, esta vez para
radicarse definitivamente en Osorno, donde se dedicó a la construcción de la
línea ferroviaria Osorno – Río Negro – Corte Alto – Frutillar. Habiendo formado
una familia, se transformó con el transcurso de los años, en agricultor. En
1918 lo siguió a Osorno su hermano Hermann, quien trabajó como arquitecto en la
zona.
La mayoría de los suizos que habían llegado a la zona a partir de los años
1920 y hasta los días de hoy, se radicaron en la provincia de Osorno. Son los
inmigrantes de apellido Meier, Diethelm (el abuelo inmigró), Schenkel, Pfister,
Steuber, Schmid, Wüthrich, Vittori, Fischer, Geser, Spahn, Lauri, Leutenegger,
Berger y Dübendorfer. Hasta hoy las familias se dedican mayoritariamente a
labores agrícolas, ganadería, lechería y producción de quesos, algunos también
al turismo, la gastronomía o a la chocolatería.
Uno de los osorninos más
exitosos de la comunidad suiza es Carlos Meyer, habiendo sido él hasta ahora
quizás el chef más reconocido de Chile y su restaurant «El Europeo», uno de los
mejores de Santiago. Carlos Meyer se mudó en 1991 desde la orilla del lago
Puyehue a Santiago y durante 20 años su restaurant estuvo entre los primeros
cinco. A él le gusta contar que en sus comedores varias veces cenó al mismo
tiempo el 80% del VIP chileno. El Europeo ha sido durante años el restaurante
favorito del empresariado chileno, para los que también cocinó en sus casas.
Recién sirvió su última cena y después colgó el delantal, vendiendo su
restaurant. Veinte años, seis días a la semana, quince horas al día dentro de
una cocina, le pasaron la cuenta. «Me estaba consumiendo», dice. Carlos Meyer
tiene ahora 57 años y su nuevo sueno es formar una empresa agroindustrial de
ahumado de pescados y mariscos, una de sus especialidades.
Según el presidente
del Club Suizo de Osorno, Walter Geser, quien nació en Engelburg-Abtwil en el
cantón de St. Gallen/Suiza, y su señora, Hedi Meyer, hija de Hermann Meyer, el
club cuenta hoy con unos 80 socios, incluidos los de ascendencia francesa e
italiana, que pertenecen mayoritariamente a la segunda, tercera y cuarta
generación de inmigrantes. Desde el año 1992 la comunidad dispone – caso único
en Chile – de un profesor suizo oficialmente enviado por el gobierno de Berna.
Éste da clases de alemán en el Instituto Alemán de Osorno y dos veces por semana
entrega conocimientos sobre Suiza y su cultura a los hijos de la colonia. Las
colonias suizas de Santiago y de Osorno son las únicas en el país que no han
perdido el alemán, mejor dicho, su suizo-alemán; algunos todavía lo practican
como idioma materno, otros por lo menos como segundo idioma.
Entre las
principales personalidades con ascendencia suiza figuran los ex presidentes
Eduardo Frei
Montalva y su hijo
Eduardo Frei
Ruiz-Tagle, el académico
José Joaquín Brunner
y el ex ministro de hacienda
Hernán Büchi.
Se calcula en unos 90.000 los descendientes de inmigrantes
suizos, de los cuales 60.000 descienden de las colonizaciones patrocinadas por
el Estado chileno
hace más de un siglo y los 30.000 restantes de emigrados durante la Primera y la
Segunda Guerra Mundial,
siendo Chile uno de los
países en Latinoamérica
con más descendientes de helvéticos. De acuerdo al censo de 2002, actualmente
residen en Chile 1116 inmigrantes suizos.
Vortrag in deutscher
Sprache.
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